Hidrolato de Lavanda

Lavanda: 

Usos:

  1. Cuidado de la piel: El hidrolato de lavanda es conocido por sus propiedades calmantes y equilibrantes para la piel. Se utiliza como tónico facial para limpiar, tonificar y refrescar la piel, así como para calmar la irritación y el enrojecimiento.
  2. Aromaterapia: El aroma suave y relajante del hidrolato de lavanda lo convierte en un agente en aromaterapia para promover la relajación, aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo. Se puede rociar en el aire o aplicar sobre la piel como perfume natural.
  3. Cuidado capilar: Se puede utilizar como enjuague capilar para fortalecer el cabello, calmar el cuero cabelludo y proporcionar brillo y suavidad al cabello.

Propiedades:

  1. Calmantes: El hidrolato de lavanda tiene propiedades calmantes que pueden ayudar a aliviar la irritación, la inflamación y el enrojecimiento de la piel.
  2. Equilibrantes: Ayuda a equilibrar la piel al regular la producción de sebo y promover una piel más uniforme y saludable.
  3. Relajantes: Su aroma relajante ayuda a calmar la mente y el cuerpo, promoviendo la relajación y el bienestar emocional.

Los hidrolatos son productos derivados del proceso de destilación de plantas aromáticas, como flores, hojas, tallos o raíces. Durante la destilación, el vapor de agua atraviesa la planta y arrastra consigo los compuestos aromáticos y otras sustancias solubles en agua. Luego, este vapor se enfría y se condensa, produciendo dos productos: el aceite esencial y el hidrolato, también conocido como agua floral o agua destilada.

Los hidrolatos contienen una pequeña cantidad de aceites esenciales disueltos en agua, así como compuestos solubles en agua de la planta, lo que les confiere propiedades terapéuticas y aromáticas. Se utilizan en aromaterapia, cuidado de la piel y cosmética natural, así como en la cocina y la elaboración de perfumes.

Dependiendo de la planta utilizada, los hidrolatos pueden tener una amplia gama de beneficios para la piel y la salud, como propiedades calmantes, tonificantes, hidratantes, antiinflamatorias, antisépticas y refrescantes. Son más suaves que los aceites esenciales y pueden ser utilizados directamente sobre la piel sin dilución, lo que los hace ideales para personas con piel sensible o niños. Sin embargo, es importante elegir hidrolatos de alta calidad y almacenarlos correctamente para preservar sus propiedades.